*Por Gustavo Zapata
Es común oír esta frase en la conversación cotidiana de habitantes sufrientes pero no politizados ni politizadas de nuestro país. En particular en los lugares de concentración urbana bonaerense. Lo que nos lleva a pensar: ¿Qué estamos haciendo para dar a conocer lo que SI es otro modelo de gestión de lo público, como lo es el de Axel Kicillof, emergente de las mejores políticas del kirchnerismo, exitoso hasta 2015, sobreviviente en la mayor provincia del país?
Cada día, es posible identificar la inauguración de Centros de Salud, Jardines y edificios escolares, entrega de casas y obras para municipios, algunos de los cuales se adjudican fondos y obras como propios, ninguneando la acción de su patrocinante provincial. Esto a contramano de la ausencia de fondos asignados e ilegalmente negados por el gobierno nacional. Los sueldos de estatales se defienden con paritarias cortas y se sostienen políticas protectoras de las y los más vulnerables.
Hay momentos en que “el lenguaje de la resignación” (es complejo, es difícil, es lo que hay, bueno…nada) refleja un estado de ánimo colectivo. Situación que quienes tienen la sartén por el mango y el mango también, aprovechan para acumular/saquear/concentrar más rápido, ante la confusión general y la mirada azorada de quienes se dan cuenta, pero no tienen herramientas para frenarlo.
Cómo explicar sino los desaforados aumentos de tarifas, transportes, alquileres y otros rubros que acompañan gustosos el precio de los alimentos por fuera de las mentirosas cifras de la inflación oficial. ¿Es que no los registramos o simplemente no vemos quién podrá defendernos de este robo legal a salarios y jubilaciones? O no lo queremos ver porque implica salir a pelear a fondo contra los que controlan policía, cárcel e in-justicia, relatos de medios y redes, políticos capaces de justificar indecencias y negociar votos.
No vivimos un orden de cosas hechos para el equilibrio y la armonía, sino para el sometimiento de las mayorías. Es el plan que se viene desarrollando desde la dictadura a esta parte.
Pero a pesar de la fragmentación de identidades partidarias o desilusiones, quienes quedamos afuera de la repartija de beneficios y soportamos los costos somos la mayoría. Hallar el modo de juntar la bronca y transformarla en una propuesta útil es nuestra obligación.
Del otro lado quedan quienes remedan a los dueños de todo rapiñando como predadores salvajes con una moto o un fierro. O los que forman empresas de venta de drogas y otros mercados que lucran con vicios y debilidades, del mismo modo que cualquier vendedor de necesidades inventadas. Con esos no es posible construir esperanzas y serán la parte sumergida de los mismos negocios que ponen carteles en la vía pública o compran periodistas y canales enteros para asegurarse mercado, acumulación y fuga de nuestro trabajo.
Desde cada cooperadora escolar, centro de jubilados, sociedad de fomento, cooperativa, comisión parroquial, sindicato, organización social u ONG donde no se trabaja por el beneficio personal sino por algo colectivo que le da sentido y propósito a algo más que juntar plata y poder. Allí están las reservas morales de una sociedad que ha perdido el rumbo, mareada, emboscada y obligada a errar por su propia clase dominante.
Con esa materia prima construyó Perón (¿Se acuerdan cuando en cada barrio había una UB abierta?) y con eso Néstor tuvo masa crítica para reconstruir parte de lo demolido desde el 76 al 2003. Es hora de ir a buscar esas reservas, retomar el espíritu que supere la búsqueda del carguito o el contrato de la propia tropa, los que juntan votos para seguir siendo funcionarios/as públicos/as.
Los objetivos de largo plazo que estructuran un programa de transformaciones y mejoras para el conjunto representado sin esperar privilegios.
Es mucho en tiempos donde gobiernan las criptomonedas y se estafan entre ellos y ellas, los mismos aspirantes a hacerse millonarios/millonarias sin trabajar.
Pero la mayoría sigue pensando y sintiendo que solo con esfuerzo grupal y coordinado es posible crecer para ser un país y una sociedad mejores. Aprovechemos y organicemos esa fuerza latente.
*Gustavo Zapata
Secretario General de CTA
Morón –Hurlingam -Ituzaingó
Excelente nota. Perón contaba con esa red de unidades básicas y con sindicatos activos, que eran los que fortalecía un cambio cultural en la población dando un nuevo sentido a la justicia social. Hoy las unidades básicas se transformaron en centros de rosqueo y los sindicatos están conducidos por burócratas (ambas afirmaciones reconocen honrosas excepciones).
Se pueden construir alternativas pero hay que cambiar profundamente el régimen constitucional.
No basta con barajar y dar de nuevo. Hay que cambiar el mazo.
Gracias por pensar con nosotrxs. La movida de los hinchas nos empujó a la marcha de ayer. Una victoria en la calle (sin muertos, esperamos) llevo a la intervención judicial.del. aparato Bullrich. Todo debe.ser reconstruido después de la inmensa derrota de 1976…humildemente, desde querer ser parte del.peloton de las «honrosas excepciones» damos la disputa desde la praxis. Lo intentamos….nuevamente gracias